Tengo a tu niño interior como mago de los sueños, me visita y me pide que no me enoje contigo.
Nos pasamos las horas mirándonos a los ojos, me cuenta chistes secretos que nos hacen sonreír, y sonreímos bien despacito para no interrumpir tu seriedad.
Tengo a tu niño interior como el ladrón de mi alma, ojalá los vieras, tomados de la mano, saliendo a caminar, van sigilosos para no espantar a los pájaros, bailan bajo el puente, nadan entre las nubes, peinan los rulos del sol, mientras tu allí y yo acá, concentrados en ésto o aquello, lejos.
Se sujeta a mi mano si estás teniendo pesadillas, y me susurra fantasías al oído cuando no puedo dormirme.
Se apodera de tu mirada cuando tu rostro se tensa, y me envuelve completa cuando el cansancio me da ganas de llorar.
Tengo a tu niño interior intentando correr más rápido que el tiempo, dice que quiere ver muchos atardeceres en un día, entonces le enseño a pintar tantos cielos como atardeceres quiera ver, y se duerme cálido y sereno.
Tengo a tu niño interior conmigo, me pregunto: ¿quien está contigo?.