Me confunde, me
confunde que un lugar oscuro y frío con una escritura en alemán me
haga pensar en el Holocausto.
Las tazas a medio
terminar rodeadas de pañuelos húmedos me recuerdan antiguas roturas
de corazón.
La propuesta de
viajar a planetas desconocidos a un amor que nunca existió.
¿La existencia
termina con la muerte?
Se ama cuando la
existencia del otro es suficiente para ser feliz.
Y así es con ellos,
con quienes no comparto su presencia.
Se que existen, se
que viven, se que disfrutan, aprenden, bailan, sueñan.
Saber que existen,
que ellos existen, es suficiente. Ellos, no todos los que existimos.
La existencia propia
ya es de por si bastante insoportable, a veces.
Si amaramos a todos
los que existimos doleríamos, fuerte, instante a instante, muerte
tras muerte.
Entenderla, a la
muerte, no implica que deje de doler.
Y cuánto mas
sensibles al amor, mas sensibles al dolor.
Y si no quieres, ahí
tienes… ve y anestesiate.