De tanto que me
hablaste de aceptar
terminé dando por
hecho
que así como no
ibas a venir
tampoco te ibas a ir
asique, aquí estoy,
olvidándote
di por empatado este
juego
de histerias
irreversibles
y corazones azules
que de tan oscuros
se hicieron negros
y allí fue, en
¿cuántos?
Cuatro? Cinco? Seis
puntos de ésta ciudad
y quizá un par de
recorridos,
no muchos mas que
tres
donde fuimos nada,
amigo.