Si, Ya se, y estoy tranquila, no me asustan tanto los vericuetos de esta cabeza, al menos no desde que… bueno, eso. Si de estar realmente loca se tratase, no me cuestionaría tanto, sería feliz, feliz, inmersa en la locura, y feliz. Bueno, no, pará, no me des vueltas las cosas… no es que los felices sean locos, locos son los que se enroscan en las pelotudeces que los hacen tener una vida de mierda, y ser un poquito mierdas también. Mirá, me estaría importando muy poco, cuando tengo ganas de caminar pegando saltitos, camino pegando saltitos… allá quien no lo apruebe, no entendió nada, que se calme.
Te decía: me enamoré. Y no seas tan hijo de puta de recalcármelo, ya sé, fallé a uno de mis mejores logros personales: amar sin estar pelotudamente enamorada. El problema es que no estoy segura de amarlo, en este estado, tan somnolienta, sedada por las ilusiones, ¿cómo podría estar segura de llegar a amarlo? Me fije en internet, los pasos antes de amar a alguien son 10, y nos faltan.
¿Que? ...ay! Cada vez que te digo que tengo un sueño para contarte se te para el pito, ¿en que momento te perdí el respeto de esta manera? No fue un sueño, fue real, bah, en la realidad… si estaba garchando, no estaba durmiendo, te juro que viajé en el tiempo. No se para que gasto saliva en jurarte, si al final, siempre es en vano.
Fue una noche maravillosa, de esas que al final me dan miedo, es como probar cocaína de la buena: es casi imposible que vuelvas a sentirte así, hay reacciones químicas que no sabemos producir, no es que no podamos, somos unos pelotudos. No hicimos nada que cualquier pareja de seres humanos normales no haya echo alguna vez, pasa que pusimos la presencia, los dos estábamos ahí, lo del alma fue primero, en realidad fue al principio e intenté disimularlo, el lo confundió con una de mis pesadillas, recordame que no vuelva a contenerme cuando me pasan estas cosas. Hacíamos el amor, besos de sonrisas, y entonces, sonó: “te vi… juntabas margaritas del mantel….” en la voz de una mujer que no se quien es y seguro, es gallega… y me vi, lo vi, nos vi… nos vimos, Fito vuelve a repetir las estrofas y es el soundtrack de mi viaje, eramos niños, yo estaba realmente perdida y lo vi, lo vi mirarme, tímido él mientras su hermano nos observaba a ambos. Él no lo sabe porque olvida los detalles importantes, pero se lo he dicho, viví, todo este tiempo, en esa mirada… fue de esas cosas que me ayudaron a vivir, y me fui…. De vez en cuando a algún lugar, a él no le hace gracia este país y yo tenía un vestido, y ahora: ¿un amor?
Ya sabemos comprender: es sólo un rato nomás.