martes, 11 de febrero de 2014

de lluvias y tormentas

Esa noche,  no pudiste controlar al Hyde.

Me tiraste a la cama y me cogiste.
Coger, verbo que usaba los españoles cuando tomaban en posesión a las nativas.

Me poseíste,  desataste la tormenta.
Despertaste al viento que se atrevió a entrar por la ventana para navegar los vericuetos de nuestras pieles.
Captaste la energía de los rayos, estremeciste mi vientre.
Mojaste  la tierra.

Y desapareciste.

Dejando el aire denso, el tiempo lento y una mujer desposeída. 

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