martes, 27 de enero de 2015

el HOMBRE en mis brazos



HOMBRE, aquel que soporte ser el estro de mis locuras, de mi imaginación; de los reclamos por reclamar, acumulados en la herencia de la historia. Que soporte ser parte de cada una de estas palabras y se haga cargo.

HOMBRE, aquel que tenga respuesta y apuesta. Aquel que soporte las leyes del deseo, el deseo en piel, el deseo en mente.

HOMBRE, quien pueda sostener mi abrazo, mi abrazo de mujer que se desploma y llora ante la más divinas de las acumulaciones de pasión, y que me espere, en ese abrazo, cuando estoy volviendo del mas allá, de aquella otra historia y vuelva a hacerme el amor para de nuevo enviarme al mas allá en una nueva acumulación de pasión para, esta vez, volver en el resplandor de una sonrisa.

HOMBRE, que de una buena vez por todas apueste todo su ser en este juego, seguro de ganar aun dispuesto a la pérdida; hombre, aquel que puso condiciones y las respeta.

HOMBRE, que no se siente abatido ante tanta presencia, pero tampoco es más, es igual, ¿cómo puedes observarme tan fríamente mientras mi cuerpo tiembla por ti? ¿Cómo puedes tratarme tan distante, tan cordial, sabiendo que una mínima disminución en la distancia que nos separa te prendería fuego?
¿Por qué te respeto? ¿Por qué te mantengo vivo?

HOMBRE, aquel que cambie, que lo haga por él, que me quiera para él, toda yo, todo él, sabiendo que cada uno es uno pero somos el otro que necesitamos para confirmar quienes somos y encontrarnos en esas miradas, o en ese abrazo que espero en la cama y me das mientras duermo.
Tú, metiéndote en mi cama en medio de la noche, y yo sintiendo seguridad y felicidad plena de sentirte, siendo tú un HOMBRE, que está ahí para amarme, no para violarme.

HOMBRE a quien ame por todo lo que me da y no por todo aquello que espero y desespero en el intento de tenerlo, que ame con furia, tú no eres capaz.
Recordaré la lista de todas estas cosas que no eres, pensando que quizá seas capaz de cambiar, de apostar, te recordaré a ti, con toda esa lista inmensa de cosas que si eres y quiero para mí.

HOMBRE, estoy segura de quererte a mi lado, pero no le venderé el alma al diablo para lograrlo.

HOMBRE serás aquel que me conquistes, y hoy venga por mi. 

lunes, 26 de enero de 2015

mi estro inspirador

¿Hacia donde miran tus ojos cuando te concentras en un aroma? ¿Mejora tu percepción olfativa cuando frotas tu dedo índice con el pulgar?
¿Qué imaginas cada vez que cierras los ojos, concentrado en el perfume de mi nuca? ¿Mejora tu percepción olfativa ante el frote de mis pezones en tu pecho?

Si supieras que el detalle del cuello de tu camisa enmarcando la triangulación de tu nuez de adán con tus clavículas logra estrangular mi garganta de tantas ganas de ti.

¿Cómo pueden tus manos ser tan gigantes y delicadas a la vez? Si supieras que estremecen mi piel cuando apenas me rozan, y estremecen mi vientre cuando me toman por la cintura.

Tus ojos, tus ojeras, tu lunar, tan imperfecto todo, si ni siquiera eres lindo, aún así seduces.

Si supieras que es imposible observar tu nuca sin imaginar mis manos apoderándose de ella para darle paso a mi boca y sentirte en mis besos.

¿Sientes cómo se libera la tensión de tus brazos cuando me dedico a tu cuerpo?


Si tan solo recordaras lo que eres entres mis brazos, yo voy y te perdono

domingo, 11 de enero de 2015

mi perfume se queda en mi

No existe manera alguna de compararnos, las unas a las otras. Ellas y yo. Ella y yo.
Somos diferentes, nos encuentras parecidas, algo de ella en mí, algo mío en ella. Si en mis ojos encuentras su mirada entonces aquí la tienes, entre nosotros, cada una de esas esporádicas noches de inusuales e imprevistos encuentros. Siempre y cuando la tormenta no nos separe.

¿Y tú y él? ¿tú y ellos? ¿Qué tienes que aún sigues merodeando en mi cuerpo?
¿Acaso puedes entender que de ti se trata esto que estás leyendo? ¿Acaso sospechan, ellos, que de ti veo y encuentro en cada uno de mis amantes?

Mi soledad y yo lo sabemos, así estamos bien, después de todo vinimos a este mundo siendo uno, después de todo sólo nosotros sabemos lo que realmente pensamos, solos tenemos el poder de cuidarnos, de protegernos de otros, de vos, de mí.

¿Y a mí? ¿Me encuentras en ella?  Cuando estas solo, sin estarlo, cuando permites que tus pensamientos te alejen a otra dimensión, rodeado de nadie pero con ella, sin entender donde estas, queriendo retraerte de esa abstracción. Vuelve.

Hiciste que observe la aparente felicidad en la que viven, pero conozco esa mirada, el gesto de esas manos, no estas. Ni ahí, ni aquí. ¿Dónde estás? ¿La esencia? ¿Recuerdas quien eras? ¿Quién? ¿De verdad estas siendo lo que quieres ser? Te dejo ser, aun creyendo que no lo estás haciendo bien, no para mí, al menos.

El miedo a esas decisiones, el peso de tu miedo en el tono de tu voz al saber que estas equivocado, de ambas maneras pierdes, no lo olvides.

Hay algo que sabes, tú si puedes conmigo. Sabes que puedes salirte del esquema, hablar y ser escuchado, poner los pies en la tierra como una descarga de eso que pesa, relajar, permitirte descansar en alguien, en brazos de alguien, de mí.

Fuerte. Sabes que al observarme sobre el fondo blanco intuyes  el tono del atardecer de un día despejado sobre un campo de trigo, austero, pero percibes mi cuerpo o los rastros de él y confirmas, al deleitarte, que soy una intensa concentración de aquello que no detectan tus sentidos, entonces quedo en tu mente ¿Dónde? Donde está ese rincón que me guarda y me libera alguna sórdida noche.
Tú también te encuentras encerrado en mi mente, te libera la música, la música que me hace bailar enteras noches entre copas, la música que elijo para relajarme bajo el agua y pensar en ti, ahí, conmigo. Fluyes.

¿Bailamos?

Aparece, habla, exprésate y di esa mentira verdadera, después de todo, no es para tanto, nos encontraremos en cuerpos ajenos, abrirás los ojos para quitarme de tu retina y confirmar que ella no soy yo, aunque así lo quieras.

Bailemos. Y disfruta el presente, que jamás podremos saber si realmente estamos equivocados. No hay manera de comparar lo que sucede con aquello que nunca sucedió.



Calma, mi perfume no deja estela; desespera, sólo lo encontrarás en mí.


sábado, 10 de enero de 2015

ALBEDRÍO DE VERANO


No puedes conmigo ni yo contigo, estamos prohibidos.

Somos la tormenta que devasta, que  nadie entiende, a la que todos temen. No podemos ser.
EL calor y el frío que buscan equipararse, que generan el viento, libera.  Vuelan.

Somos el color que nadie ve, el perfume que no percibes, un tono completamente desaturado.
Somos la fotografía sin filtro, la madurez, la realidad ajena a la verdad.

Vives sin entenderme, vivo sin conocerte, soy sincera, no eres real.

Olvidas.
Olvido.

Estoy en tus sueños, no cierras los ojos para dormir. No descansas. Mejor si frenas.
Estas en mis pensamientos, cierro los ojos para dormir. Descanso. Mejor si arranco.

Vuelves, siempre vuelves, tarde, siempre tarde. Siempre, siempre llegas tarde, pero la muerte no es impuntual y de ella no podrás escapar.
Mientras, escapas de mí, vida.

Somos todo lo que conoces sin entender, somos la piel detrás de la careta, el humor a la mañana, el frío de las noches de verano.

Lo que mereces, lo que quiero, lo que nunca tendremos.

Somos el efímero albedrío del verano. 

domingo, 4 de enero de 2015

libera el miedo, pero guarda un poquito de él.

Un día estás pensando en cuánto va a doler, y recordás que el único dolor al que le tenías miedo era al de la muerte, no a morir, sino al dolor al hacerlo. Entonces retrocedes sobre tu teoría de toda la vida y te das cuenta de que en realidad sí te importaría morir, de que hay cosas que van a seguir sucediendo en tu ausencia y deseas ser parte de eso, y para que después de la muerte las cosas sigan sucediendo, se necesita, de una u otra manera, que otros vivan mientras tu no estas.

Es poco probable que la muerte duela, entonces, mejor deja de acumular el dolor de la vida, despréndete de él, libéralo, sacúdete, baila, ríe y llora que el cuerpo es uno solo, la mente es sólo una y el corazón, bueno, el corazón es otra historia.