domingo, 22 de septiembre de 2013

SENTIR



Hoy desperté. Hoy desperté sonriendo, con esa sensación de paz, entrelazada con el acolchado. Mis pechos libres, sin corpiño, tenía puesta mi camisa naranja. Recuerdo que anoche sentí un poco de frío y ganas de caricias. Mi camisa me acaricia.
Desperté sintiéndome sensual, es que había tenido un sueño erótico. Si, la terapia hace que siempre le encuentre una parte un poco oscura  a esos sueños, pero considerando mi estado al despertar, esa parte quedará para el diván.

Amo los detalles de los sueños, amo poder revivir esos detalles, especialmente cuando son tan reales: como cuando comencé a besarlo por la espalda, el segundo en que dudé de seguir haciéndolo hasta que noté su respiración, intensa y el momento en que me dejo caer sobre el piso, acompañada por él y sus besos, y lo que no puedo olvidar: entre sus brazos, mi cuello se tensa pero sus manos lo sostienen, mis brazos encuentran la alfombra, me encuentro segura, mi cuerpo termina de caer, se recuesta y sobre el mío cae el de él. 

El resto es anecdótico, es incertidumbre: deseo, fantasía, erotismo ¿llevarlo al plano de lo real? De por sí él ya es un imaginario echo realidad. Él es un personaje Rosarino, de éstos que tanto detesto… es que amo sus detalles, me pueden, me transmite eso que es tan difícil sentir. Y ésta vez hablo de sentir mientras estoy despierta y tengo los ojos abiertos, y estoy vestida, y estoy rodeada de gente, y estoy frente a él pero sin él.  
    

No hay comentarios:

Publicar un comentario